La primera entrada de este blog va dedicada a los dos caballos que hoy en día forman parte de mi vida, aunque ya no pueda disfrutar de su compañía.
Tanto uno como otra han echo mella en mi y me han enseñado que las apariencias no importan, ya que dentro de cada uno hay algo bueno que compartir.
Yo los quería, quiero y querré tanto como la primera vez que los vi, y espero que alguna vez nuestros caminos se vuelvan a cruzar.
Sus historias son largas, muy largas, llenas de momentos inolvidables, de afecto y complicidad;
Espero que algún día reúna el tiempo y el valor para poder recordarlos en este blog tanto como se merecen, mientras tanto, os dejo este vídeo; ¡Espero que lo disfrutéis!