Bueno pues hoy después de mucho tiempo voy a escribir algo
propiamente sobre mí y el desarollo de éste último mes y medio en el club.
Últimamente he tenido que dejar a Manchitas (poni que llevaba
trabajando regularmente desde invierno) un poco aparcado, ya que he vuelto a
montar a mi querida Pippa, y cuánto la echaba de menos...
Y ahora voy a resumir un poco lo que ha sido éste mes con ella
hasta ahora:
Los primeros días estaba bastante irreconocible, muy tensa y
huidiza de la pierna. La primera clase con ella fue bastante caóticas la
verdad.
El segundo día Víctor decidió ponerle un chambón atado en la zona
de la cruz, a ver que tal reaccionaba. El resultado fue bastante satisfactorio,
ya que al final de la clase se había destensado el cuello por completo e iba
descontraída y relajada con la cabeza abajo ^^
Pero lo mejor iba a llegar en la clase siguiente.
Pero lo mejor iba a llegar en la clase siguiente.
Ese día montamos practicamente solas, y por experimentar un poco
con la poni, empecé a hacer los mismos ejercicios básicos de colocación que
Víctor me había enseñado con Manchitas.
Para mi sorpresa Pippa lo pilló al instante, y en esa clase
consiguió ir colocada y relajada la gran mayoría del tiempo. Esa clase acabé
muy contenta, ya no sólo por la poni, si no por yo haber conseguido hacer algo
positivo con mis conocimientos (que no son muchos, pero de algo sirvieron
jajajajajajaja).
Así que viendo la respuesta de Pippa, los siguientes días seguimos
trabajando la colocación, el contacto de rienda etc.
Lo más difícil sin duda fue el tema de la incurvación, ya que no
aceptaba la pierna. Era acercarle la pantorilla y le daba un espasmo y salía
casi a galope, alteradísima. Entonces pues hubo unas cuantas clases en las que
por culpa de éste problema, todo era bastante irregular.
Sin embargo, nuestro última clase el pasado miércoles fue lo siguiente a espectacular. Habiéndola montado Antia un par de veces entre semana, Pippa estaba mucho más tranquila y receptiva de lo habitual, y pudimos practicar las incurvaciones perfectamente, haciendo, con diferencia, nuestro mejor entrenamiento juntas.
Es una pena que a mano izquierda no flexione tan bien el cuello, pero a mano derecha es simplemente brillante lo que ha mejorado y en tan poco tiempo, sin necesidad de chambón ni ninguna otra cosa más que un contacto estable (que a mi también me cuesta a veces) y pierna.
Todo esto con vistas al próximo concurso del próximo sábado, que será fuera del club y en el que en principio, saldré con Pi a ver qué tal.
Tengo muchas esperanzas puestas en que lo hará muy bien, y es que si al final voy con ella, sería todo un orgullo y una satisfacción personal, ya que echando la vista atrás y recordando aquellos días en los que no sabía ni hacer un círculo o salir a galope tranquila, pensar que podemos ir las dos a demostrar en un concurso lo que hemos mejorado, es cuanto menos genial.